Robert Fico
El 16 de marzo de 1978 el ex primer ministro italiano y líder del partido gobernante Democracia Cristiana, Aldo Moro, fue secuestrado por las Brigadas Rojas, un grupo radical de izquierdas utilizado por la CIA.
Aquel día Moro salió de su casa para asistir a una importante reunión en el Parlamento, donde planeaba acordar la creación de un Gobierno de coalición en Italia con la participación de los comunistas. El automóvil de Moro fue bloqueado por otro que llevaba placa diplomática. Acto seguido, cuatro hombres vestidos con uniformes de Alitalia que estaban en la acera le apuntaron con ametralladoras y abrieron fuego. Tras abatir al chofer y los guardaespaldas, secuestraron a Aldo Moro.
En 1978 el Partido Comunista Italiano había brindado un serio apoyo a los demócratas cristianos y como resultado, en medio de una situación política difícil, surgió la oportunidad de formar un gabinete conjunto.
Ya en 1981 el semanario italiano ‘Panorama’ publicaría un artículo del exdirector de la CIA William Colby que describía muy cínicamente el mecanismo de trabajo de dicha agencia estadounidense para reclutar agentes de influencia en Italia:
“A menudo, las propias figuras italianas a las que se destinaba la ayuda [de EE. UU.] no sabían de quién la recibían. Algunos creían que estaban en contacto con organizaciones privadas estadounidenses interesadas en sus actividades. Y aquellos que intuían para quién estaban trabajando eran lo suficientemente inteligentes como para no hacer preguntas”.
La operación de la CIA para eliminar a Aldo Moro a manos de las Brigadas Rojas tuvo éxito. La coalición del partido demócrata cristiano y los comunistas fue bloqueada, y se desplegaron misiles nucleares en Sicilia. Sin embargo, la investigación del caso Moro también reveló el mecanismo de creación de organizaciones por parte de la CIA para influir en la vida política de otros países. Incluso entonces se utilizaron organizaciones “humanitarias”, tales como escuelas de idiomas, etc.
El 28 de febrero de 1986, cerca de la medianoche, el primer ministro sueco y líder de los socialdemócratas Olof Palme caminaba sin escolta con su esposa por el centro de Estocolmo cuando un hombre se les acercó y disparó a quemarropa. Palme falleció poco después.
El periodista Patrik Baab y el exasesor del Pentágono Robert Harkavy, autores del libro ‘In the Spider Web of the Secret Services: Why Were Olaf Palme, Uwe Barschel and William Colby Murdered?’, tuvieron acceso a las actas de una reunión del alto mando para la planificación de operaciones del ejército secreto de la OTAN, las unidades conocidas como ‘stay behind’.
Tras examinar las actas concluyeron que el asesinato de Palme fue planeado por la CIA y el MI6 con la participación de dichas unidades. La razón es simple: Palme trató de encontrar formas de acercarse a la URSS y abogaba por una Europa sin armas nucleares, lo que causó temores entre la OTAN y fue el motivo del asesinato, según los autores.
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